7,45 h. 10 de Febrero 2004. Cafetería Novelti, Plaza Mayor de Salamanca.
Qué tiene que ver lo que yo escriba con este momento. A pesar de decir que la luz no esta muy fuerte y es amarilla, que el mural de la pared y mis pies es y están muy fríos etc. Nada tiene que ver, son realidades no homogéneas, sin embargo esta idea, la de que nada tiene que ver, sí es de la misma naturaleza que lo escrito. Lo escrito es una idea no un sentir. Por muy hábil que sea, que se sea, y habrá que resignarse. Mejor, pues no soy hábil describiendo (o quizás solo sea eso, que por no ser hábil digo que es imposible).
Ideas por tanto, que salgan de mi pluma (lapiz que tenia en el bolsillo y servilletillas del bar).
A ti te digo compañero/a que estuve aquí como tu ahora ahí. Te lo juro y paré, como tu podrías pararte, y me puse a intentar lo de siempre. Sin exagerar un ápice: ponerme en el esfuerzo a desentrañar el secreto, entender la vida.
Pongo en blanco la mente y dejo de escribir (para escribir luego, desearía)…
He estado un rato pero me he distraído, lo intento de nuevo…
Mi presente real, este, este de la “t” que ya pasó, este. Seguro que es el mismo que el tuyo. La misma calidad, el mismo misterio (si te paras, si nos paramos). De ahora en adelante no te diré cuando me paro, tu también lo haces seguro, pararte, intentar entender, sentir para entender.
Quizás a cada punto.
Ausente este presente, y el tuyo de toda ética, son de otra naturaleza, el presente y la ética. El tiempo, el ahora ¿no?.
Pararse, sentir, pensar y contarlo (escribir).
Pero no sólo, contigo que estás dentro de mi desde el mañana, desde tu presente. Con el miedo a la nada, pues quizás no haya nada o nada se te ocurra, nada te pase (perdón, me pase, pues pido que a ti sí, ¡ay! ,aunque no me lo cuentes).
Lo haré algo más real, tomo un refresco, me duele algo la espalda, estoy esperando en un bar…
Más vamos a la idea (suena música de yazz)
Cuando lleguen se acaba, así no tiene fin, motivo, como la vida. He de darme prisa. Algo he de decir.
Ayúdame (pura retórica) ayúdame, piensa, párate, puro imposible.
Me esfuerzo por saber de que está hecho. ¿Mejor cerrar los ojos? ¿abrir los oídos?. No quiero que lleguen .. estoy a punto.
(Se me ha ocurrido el título, lo pongo ahora, justo ahora)
He quedado a las 8, seguro se adelantan. Corre. Cierro los ojos, oigo un murmullo ininteligible en el bar. Estoy sentado solo, nadie me mira. ¿De qué está hecho este ahora? de vida, de lo tuyo, lo mió, de misterio, de espacio, tiempo, vida, posibilidad. Inspiro, por si me ispira, el aire también está hecho de nada, de haches. De ganas que aparezcan porque nada sale. Aquí quedaría bien: “ahí están”… pero no llegan.
Quizás el propósito sea demasiado grande: agarrar el instante y dártelo, avanzar para que tu sigas, comunicarme contigo para justificar que estuve aquí y algo hice, algo intenté. Si es muy grande el propósito, quizás tú lo consigas, en ese caso yo habré contribuido y en ese caso tú, algo me habrás dado. No era retórica por tanto.
La sensación de no haber dicho nada. Pero lo evidente es que esto es todo, aunque yo no sepa contarlo.
No se me ocurre nada (y no vienen). Son ya menos 5, ya no se adelantan.
Estoy sólo, nadie me conoce, nadie me extraña, ya deberían haber llegado, este instante no debería haber llegado, ese instante podría no haber existido. Cuando lleguen no estaré solo, escribo rápido, lo aprovecho no hay que tirar la toalla. Estupenda ocasión. Metafísica pura, absurda, nada, tuya
¡Ayúdame!. Yo he intentado ayudarte, no tengo tiempo de más. Solo el justo para darte el relevo, creo en ti, pues estoy seguro de que me entiendes, es imposible que yo lo haya inventado. Seguro que alguien lo conseguirá, porqué no tú, un ápice al menos, yo lo he intentado y si tú (tú o quizás no justamente tú, lo siento,) lo consigues yo habré contribuido, por haberte animado. Párate, siente el absurdo, la alegría, el misterio de ser justo, justo la punta de flecha del tiempo, de la historia, el último/a, el que decide todo, Dios (quedaría bien que, justo ahora, vinieran, pero no, la vida es más absurda).
Estoy mirando la puerta, se me acaban las dos hojas que tenía ¿estás ahí?. Escucho el murmullo, pongo cara de listo, como si lo hubiera conseguido y sólo espero, dejo que me venga, espero que vengan.
Son las 8 y 5 esto se acaba (creo).
Es una lucha dura, lo vuelvo a intentar. Nada. Al menos nada que, crea, merezca la pena escribir, no se, muchas cosas, demasiadas, presente de lió en la cabeza, igual, igual que tú.
Un ratito de ahora mandado al futuro, a ti. Un intento baldío de coger el presente, la nada, imposible. De escuchar, de sentirme, de compartir con tigo lo de siempre, intentarlo con alguna humildad. Para que tú sigas, para que tu pares, para que tu acabes.
Recurro a la poesía como eso último, en el último instante
Directo al corazón
A tu cerebro
A Dios.
A mi, a mi más mi, a tú mas ti
A lo que tu y yo mágicamente
Acabamos de hacer
A que me des un beso
A que tiembles o llores
Como yo ahora
A que me des la mano y me ayudes y te ayudes
Me sientas desde allí
Directamente al cielo que somos tu y yo
Que podríamos ser, que somos ahora mismo
Recurro a la poesía en última instancia
Último recurso
En el último momento,
justo en este instante
Que estamos exprimiendo
Que estamos estudiando
Que destruimos, consumimos, hacemos mágico
Hacemos mejor.
Recurro a ti para que digas
“Me vino bien amigo”
A ti que eres quien puede
En tú ahora de entonces
Hacer de este momento algo más que un absurdo
Ya están ahí.
3 comentarios:
En el fondo muchas de las grandes discusiones de hoy dia se realizan desde la barra de un bar. No se parece como si desde ese lugar las cosas tomaran ciera perspectiva
¡Hay que ver lo que da de si la espera...!
La poesía, preciosa.
Un saludo.
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